La inteligencia de Pedro Nimo
Colgué el teléfono con una extraña sensación. “Sabe que va a ganar”, pensé. Me explico. Hablé con Pedro Nimo hace un par de semanas. Estuvimos hablando un poco de todo, de la vida, de la situación actual del atletismo español (“el futuro está en los atletas universitarios”, me decía), de maratón, de la prueba de San Sebastián. Hablar con un maratoniano es como hablar con un filósofo, con alguien que sabe mucho de la condición humana, del sufrimiento, de la paciencia, de las injusticias de la vida y de lo maravilloso que es el atletismo. Porque siempre te da la oportunidad de ponerte una vez más delante del reto.
El caso es que hablamos del Campeonato de España, de sus rivales. Yo le dije lo que pensaba, que lo veía con la medalla de plata al cuello, que me parecía que el campeonato se iba para Lanzarote. “Yo sé lo que voy a hacer, Ignacio. Tengo un plan muy claro y conozco mis ritmos”, me respondía.
Esta mañana, en la ciudad más bella de España, Pedro Nimo se ha proclamado campeón nacional de maratón. Ha dado cuerda larga a sus rivales, que se le han desgastado por delante, como si él fuera una especie de Alfred Hitchcock que conociera el desenlace final, la resolución al suspense. Me quedo pensando que Pedro Nimo es un sabio, que pocos atletas conocen como él sus límites, sus posibilidades. Hoy se ha cumplido el guión al pie de la letra. Él me lo leyó por teléfono. Hace dos semanas.