Cada carrera muere en sí misma
Llueve con fuerza en Llanes. Es el momento. Un instante mágico para arrancar un nuevo blog. Olor a hierba mojada. Madera negra. Monte oscuro y mar claro: mal tiempo. Este va a ser un blog independiente, calle libre, para hablar de lo de siempre. De la pasión. Del esfuerzo. De los atletas. De la ciencia aplicada al deporte. De los deportistas limpios, que no engañan a nadie y no se hacen trampas a sí mismos. De los entrenadores que saben encender la llama de la ilusión en los jóvenes talentos.
Cada carrera muere en sí misma. Una frase de José Luis González que me impactó hace mucho. Quizá hace tres décadas. Le preguntaron al toledano si veía vídeos de sus rivales, si los estudiaba. “Jamás. Pienso que cada carrera muere en sí misma”. Aquellos arranques de genialidad de Pepe me impresionaban.
Ayer terminaron unos campeonatos maravillosos. Habrá tiempo para desgranarlos. La enorme actuación de Borja Vivas, miembro ya del club XXI, selló estos Nacionales para la historia. Y hubo carreras maravillosas. Hablaremos de ellas. Claro que cada carrera muere en sí misma. Para bien y para mal. Que se lo digan a Víctor Corrales, infortunado y elegante a la vez en su semifinal de los 1.500 metros. Perdió una zapatilla y ganó el respeto del aficionado. Para siempre.