La chica que rompió los cuatro minutos
Es ahora cuando me viene una imagen a la memoria. Con fuerza. Estamos en las tripas del Estadio Olímpico de Pekín, aquel inolvidable ‘Nido del Pájaro’. Una chica con el pelo rapado, valientemente rapado al uno, delgada pero musculada, seria, atractiva, pensativa. Acaba de terminar su actuación en los 1.500 metros. Habla con mucha seguridad. Habla del futuro. Su aparición olímpica ha sido impresionante, pocos meses después de su maternidad ha sido sexta en los Juegos. Está contenta y seria a la vez. Suda mucho.
He tenido la ocasión, el placer, de hablar mucho con Natalia Rodríguez, de entrevistarla, de visitarla en Campo Claro, donde su espíritu, su aliento quedará para siempre. Hablé hace muy poco con ella. Me descubriré siempre ante su talento, admiraré para siempre la soltura, la facilidad de su zancada, su personalidad, su dureza frente a la basura del dopaje, su confianza en sí misma, su forma de hablar de atletismo, siempre seria, reflexiva, inteligente.
Escribo siempre lo mismo. Las grandes atletas no se retiran nunca, las llevamos siempre en el corazón, sus grandes carreras quedan en la memoria. Por fortuna ahora podemos disfrutarlas cuando queremos gracias a esa maravilla que llamamos ‘youtube’. Tenemos la imagen de Natalia cruzando la meta en cabeza en los Mundiales de Berlín. Fue la mejor. La tarraconense quedará para siempre en la historia como la primera española que rompió los cuatro minutos, la Bannister de nuestro atletismo. Ninguna otra española lo ha conseguido. Gracias por los recuerdos, Natalia. De corazón.